Influencia y Autonomía en Psicoanálisis: Presentación del Libro de Stephen Mitchell en español

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Muy recientemente ha sido publicado en español el libro de Stephen Mitchell, aparecido originalmente en 1997, Influencia y Autonomía en Psicoanálisis (Agora Relacional, 2015), fruto del esfuerzo de un grupo de profesionales de orientación analítica relacional, integrados en GRITA (Grupo de Investigación de la Técnica Analítica: Carlos Rodríguez Sutil, Alejandro Ávila Espada, Rosario Castaño Catalá, Ariel Liberman Isod, Augusto Abello Blanco, Manuel Aburto Baselga, Susana Espinosa Gonzalbo). Agradecemos a Lew Aron el prefacio que ha escrito especialmente para esta edición, donde advierte que los casos clínicos de Mitchell eran tan interesantes porque capturan cualidades que él mismo ha hecho surgir en sus pacientes.

Dice Mitchell que todas las contribuciones que el psicoanálisis ha realizado a la comprensión de los procesos grupales (empezando por el estudio clásico de Freud, de 1921, Psicología de las Masas y Análisis del Yo) dan por supuesto que los grupos suelen desplegar las mismas dinámicas observables en el individuo, si bien de forma más abierta. Si tomamos a la comunidad psicoanalítica como un grupo y revisamos la historia de las ideas psicoanalíticas desde la perspectiva actual, es evidente que una característica central dentro de la corriente principal de pensamiento psicoanalítico durante muchos decenios ha consistido en un proceso amplio de externalización.

El método por el que tradicionalmente se ha evitado tener en cuenta la naturaleza interactiva del proceso analítico ha sido mediante el mito del analista genérico. Según este mito, si el proceso analítico pretende liberar por la interpretación el material previamente reprimido por el paciente, las características personales, la subjetividad e idiosincrasia del analista no importan. Los ideales de neutralidad, abstinencia y anonimato—pilares de la técnica clásica—refuerzan este mito haciendo que al analista le parezca posible no estar realmente presente ni ser visible. La técnica apropiada aseguraba la reproducción del buen trabajo. Hoy en día que se percibe al analista como incluido, en mayor o menor grado, en el proceso, es difícil imaginar una guía. En la medida en cada díada analítica y cada situación es, en cierto sentido, una configuración única, no queremos prescribir ni proscribir las respuestas del analista.

Por tanto, una de nuestras necesidades más acuciantes, comentaba Mitchell, es la de un marco de referencia comprensivo para pensar la interacción analítica, un modelo sintético bipersonal o relacional que abarque tanto las dimensiones intrapsíquicas como interpersonales, acogiendo las contribuciones de todas las tradiciones, eliminando sus limitaciones y restricciones artificiales. Conceptos psicoanalíticos actuales, como la interacción, tienen una larga historia, han sido amplia y diversamente desarrollados en las diferentes tradiciones teóricas. Por otra parte, considerar el proceso analítico en términos interactivos no se traduce directamente en un determinado curso de acción, una particular actitud analítica, un conjunto de instrucciones para el clínico sobre qué es lo que tiene que hacer. Si el analista siente algo intensamente es probable que se considere que dicha experiencia esté dotada de un significado relevante, en relación con los asuntos del paciente, y es probable que se beneficie de una indagación colaborativa sobre su significado.

Link:  http://www.psicoterapiarelacional.es/Publicaciones/InfluenciayAutonomiaenPsicoanalisis.aspx

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Augusto Abello Blanco, Manuel Aburto Baselga, Rosario Castaño Catalá, Carlos Rodríguez Sutil, Ariel Liberman Isod, Alejandro Ávila Espada

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Susana Espinosa Gonzalbo

 

 

 

 

 

 

 

 

Carlos Rodríguez Sutil
Doctor en Psicología, Psicoterapeuta
Ágora Relacional
Alberto Aguilera, 10 -Escalera Izqda.- 1º
28015-Madrid (España)
Email
Carlos Rodríguez Sutil                      Blog: http://crsutil56.blogspot.com.es

 

Influence and Autonomy in Psychoanalysis: Presentation of the Book by Stephen Mitchell in Spanish

Book Announcement by Carlos Rodríguez Sutil (Spain)

sutilcover0715wStephen Mitchell’s book, Influence and Autonomy in Psychoanalysis, originally published in 1997, has been recently translated into Spanish (Agora Relacional, 2015) by a group of relational psychoanalysts, all of them members of GRITA (Research Group of the Analytic Technique: Carlos Rodríguez Sutil, Alejandro Ávila Espada, Rosario Castaño Catalá, Ariel Liberman Isod, Augusto Abello Blanco, Manuel Aburto Baselga, and Susana Espinosa Gonzalbo). We thank Lew Aron for his preface written especially for this edition. As Aron remarks, Mitchell’s clinical cases are so interesting because they capture qualities that he himself has elicited in his patients.

Mitchell said that all contributions that psychoanalysis has made to the understanding of group processes (starting with Freud’s classic study, in 1921, Group Psychology and the Analysis of the Ego) show that groups often deploy the very same dynamics observable in individuals, but in a more open fashion. If we view the history of psychoanalytic ideas from today’s perspective, it is clear that a central feature of psychoanalytic thought for many decades has been the conspicuous process of externalization.

Psychoanalysis traditionally has avoided considering the interactive nature of the analytic process by promoting the myth of the neutral analyst. According to this myth, if the analytic process aims to free the patient by interpreting repressed material, then the analyst’s personal characteristics, her subjectivity and idiosyncrasies, do not matter. The ideals of neutrality, abstinence, and anonymity—pillars of classical technique—reinforce this myth by making the analyst think it is possible not to be present, but rather to be invisible. Historically, proper technique ensured the production of good work. Now, however, that the analyst is perceived as embedded in the analytic process, it is difficult to imagine using abstinence, neutrality, and anonymity as our guides. Insofar as each analytic dyad and every situation is, in a sense, a unique configuration, we do not prescribe nor proscribe analyst responses.

Therefore, one of our most pressing needs, as Mitchell suggested, is to provide a comprehensive reference, a framework for understanding analytic interaction. We need a two-person, relational model, covering both intrapsychic and interpersonal dimensions, welcoming the contributions of all traditions, and eliminating as much as possible artificial limitations and restrictions. Current psychoanalytic concepts such as “interaction” have a long history; they have been widely and variously developed in the different theoretical traditions. Moreover, to consider the analytic process in interactive terms is not to dictate a particular course of action, a particular analytic attitude, or a set of instructions for the clinician on what to do. If the analyst experiences a deep feeling it is likely that it has relevant meaning in relation to the subjectivity of the patient, and it is likely that a collaborative inquiry into that meaning will prove fruitful for the analytic pair.

Link:  http://www.psicoterapiarelacional.es/Publicaciones/InfluenciayAutonomiaenPsicoanalisis.aspx